La cocina biodinámica de los cereales
Simón Sistiaga, nacido en Donostia – San Sebastián en 1956, es un profesional de la Cocina. Desde sus inicios entre fogones mostró un especial interés por conocer y trabajar con vegetales y cereales.
Durante quince años ha trabajado como Jefe de Cocina del Centro de Terapia Antroposófico de Lanzarote, especializándose en un tipo de dieta terapéutica en la que se aplican tratamientos específicos para diferentes patologías (alergias, celiaquía, enfermedades digestivas…), además de dietas de remineralización y desintoxicación.
Es autor del libro, La Cocina Biodinámica de los Cereales (Edit. Dilema) también a organizado diversos talleres de Cocina Vegetariana, labor en la que actualmente está centrada su actividad, al mismo tiempo que gestiona el blog vegetasana.com. y otros proyectos afines.
“Saborea el grano ahí dentro, paladea el gusto a tierra, a invierno, a viento, a lluvia, a noche y a tormenta. Siente cómo se disuelve en tu boca el sabor del fuego milenario de un Sol inmenso y luminoso”
Probablemente en algunas ocasiones habremos oído decir que la cocina vegetariana es aburrida, sosa, cara, complicada, difícil de elaborar y también que suele ser una elección de personas tristes o enfermas. Nada más lejos de la realidad. Aquí vamos a presentar una cocina sana, dinámica, sabrosa, amena, sencilla y de fácil y rápida elaboración, a la que, por regla general, han optado libremente personas activas, sanas y alegres, precisamente para mantenerse, entre otras muchas respetables motivaciones, lejos de la tristeza y de la enfermedad.
La alimentación vegetariana busca encontrar un vínculo no contaminado y nutritivo entre nosotros y lo que comemos, el cual nos lleva a valorar en su justa medida el trabajo de los agricultores ecológicos así como el respeto hacia los ritmos vitales de la tierra, de la naturaleza y de nuestro propio organismo.
Demos pues la bienvenida a nuestros fogones al trigo, la espelta, los arroces integrales, la cebada, el mijo, el centeno, la avena, el maíz, la quinoa, el amaranto y el trigo sarraceno. Verdaderas bombas proteicas del mundo vegetal.