Un año de EKO

Hace ya dos semanas que celebramos el aniversario de el EKO y todavía permanece la sensación de satisfacción y alegría que flotó en el espacio durante todo el día.

El sábado 12 pudimos disfrutar de una jornada llena de actividades, festiva y reivindicativa, que se hizo posible gracias al trabajo de todas.

Desde por la mañana el EKO bullía de actividad, organizando, limpiando, ordenando y preparando para que todo estuviera a punto. Los niños empezaron pronto a llenar la zona infantil, con talleres de perkuteko y manualidades que dan buena muestra de lo que, semana a semana, se trabajan nuestras compañeras. Al mismo tiempo un grupo de más de treinta personas recorría el espacio, planta por planta, amenizados por el grupo de teatrEko, aprendiendo de lo que allí se construye en cada rincón.

Tuvimos varios encuentros para la charla, uno por la mañana, con diferentes colectivos del barrio (asociaciones de vecinos, centros sociales, asambleas…), alrededor de 60 personas compartiendo experiencias y queriendo fortalecer esa red, ese tejido que, poco a poco, se va haciendo visible en nuestro barrio; el otro, por la tarde, con CSOs de todo Madrid, nuevos, viejos, activos, ya desalojados (todo nuestro apoyo y ánimo, un desalojo, mil okupaciones).  Pudimos aprender de las experiencias de otros centros, compartir problemas y soluciones, críticas y halagos, triunfos y derrotas, demostrando una vez más que no estamos solas, que somos muchas las que queremos construir «un mundo nuevo«. También muestras de nuestros talleres, como el de degeneradxs, donde pudimos analizar juntas la mano del patriarcado en la publicidad.

A mediodía comimos juntas, todas, disfrutando de un exquisito concurso de tapas y una comilona preparada por la cocina del shock (gracias compas por ese alimento, impresionante tarta incluida). También disfrutamos de un vídeo con fotos de todo este año, fotos que nos hicieron recordar momentos buenos y malos, dulces y amargos, luchas, risas, llantos, cansancios y fuerzas renovadas, un repaso a todo un año que te hace ver, de un tirón, la cantidad de cosas que, juntas, hemos sido capaces de hacer.

Y, claro, también hubo momentos para la fiesta, para celebrar que, después de un año, el espacio no ha dejado de crecer, de mejorar, de construir, de llenarse de nuevas actividades y proyectos que hacen de este sueño una cosa muy real. Hubo malabares y conciertos, arriba, en acústico, y abajo, en eléctrico, grupos que amenizaron la noche, nos hicieron bailar, cantar y olvidarnos por un ratito de que, al día siguiente, la lucha continúa.

Fue un día inolvidable, y fue posible gracias a todas las personas que lo organizaron, que pusieron sus ganas, sus ideas y su trabajo, a todas las que asistieron y a todas las que, día a día, se esfuerzan para abrir una brecha en este sistema, desde la que poder respirar.

Porque ha pasado un año, pero aún nos quedan muchísimos más.