#MompradéSeQueda

Nuestro compañero Fernando se queda. Por supuesto que se queda.

Ayer, 14 de septiembre, decidimos desconvocar el StopDesahucio previsto para este viernes 16, tras haber conseguido un piso en alquiler social para 3 años en el distrito de Ciudad Lineal. Sin duda una nueva victoria popular de ese Madrid organizado que sabe aún, cuando lo necesita, ser masivo y eficaz. Tras la celebración, recapitulamos percepciones y reflexiones que hemos tenido a lo largo de este proceso.

La propia historia de Ferroviarios 57, la casa que ha habitado Fernando, nos enseña ya bastantes cosas. No es una historia nueva. Se quedó vacía hace años como consecuencia de la violenta ola de desahucios a través del cual bancos y administraciones han desmantelado buena parte de las formas de vida del país. Más tarde, durante un periodo de gran fuerza y solvencia del movimiento popular, este piso, como otros tantos, se tomó colectivamente, sabiendo y comprobando que no se le quitaba a nadie que lo necesitara. A partir de ahí, ha formado parte de los recursos colectivos a través de los cuales poblaciones locales hemos recompuesto, y recomponemos aún hoy, la vida social del territorio. Años después de habitarlo, nos llega gente diversa – uno de Credifimo, otro de Caixabank, un policía, un secretario judicial…- y nos dice que, debido a tal o cual ley, debido a tal o cual venta a tal o cual fondo, debemos abandonar este piso, y que de lo contrario mandarán a la policía a echarnos. En paralelo, un educadísimo trabajador de Caixabank nos llama para ver si puede ayudar a encontrar “una solución para Fernando”, diciéndonos que por un módico alquiler tal vez haya un piso disponible en la otra punta de la ciudad. Cabrones, no teníamos ningún problema hasta que habéis venido a echarnos amenazándonos con la inminente llegada de gente armada.

Pues con nosotras extorsiones las justas. Lo que nos salía de dentro, lo que más deseábamos, era organizarnos, resistir, ganarles en casa, hacer lo que cualquier vecindario medianamente normal haría cuando una mafia organizada viene robarle sus recursos. Deseo agigantado además cuando, gracias a todo el trabajo que el movimiento de vivienda lleva haciendo durante años, organizamos en sólo tres días un StopDesahucio al que vinieron unas 150 personas. Respondimos al educado trabajador de Caixabank: no se trataba de hablar del futuro de Fernando cuando no tuviese techo, sino del futuro de Caixabank y del fondo de inversiones una vez asumieran que no iban a quedarse con Ferroviarios 57.

Desde este punto de vista, aunque hoy estamos contentísimas y consideramos la firma de este alquiler social como una gran victoria, la queremos relativizar para visualizar bien cómo seguir organizándonos. Si hemos firmado este alquiler social, es porque aún no nos vemos tan fuertes como para repeler a las veinte lecheras que vendrían a expulsarnos de Ferroviarios. Se trata, por tanto, de llegar a serlo en algún momento, de contar en todos los barrios de Madrid con redes y mecanismos de autodefensa lo suficientemente hábiles como para que un chantaje como el de Ferroviarios no pueda darse. El alquiler social parecía algo impensable hace unos años, pero fue una conquista del movimiento y como tal hay que defenderlo; hoy por hoy, lo impensable es que nos dejen vivir sin más en las casas que habitamos, hacernos tan fuertes que lo que más les merezca la pena sea dejarnos en paz. Que no les quede más remedio de respetar aquello que colectivizamos: he ahí nuestro programa.

En lo que respecta a eso, #MompradéSeQueda ha sido algo espléndido, una constatación de que el proceso colectivista en Carabanchel es cualitativamente real, que es cotidiano, que la apuesta por organizarnos aquí y ahora, de cuidarnos mutuamente, trasciende los espacios o colectivos a través de los cuales nos repartimos las tareas. Empezamos a ser una comunidad extensa que, instalada en un territorio, se reparte tareas para vivir colectivamente.

Por último, un apunte sobre el método organizativo de #MompradéSeQueda. Al ser Fernando tan querido en tantos espacios, mucha gente quiso participar en defender su piso, lo que ha hecho que las asambleas preparatorias se convocaran de manera más o menos espontánea y que no coincidieran en hora y lugar con a asamblea de vivienda del barrio. Esto no ha sido más que una casualidad, nadie hace más barrio en Carabanchel que la asamblea de vivienda. De hecho, llamamos a la participación activa en los grupos de vivienda y PAHs de todos los barrios como los mejores instrumentos a través de los cuales defender nuestras viviendas. Esta experiencia nos ha hecho comprobar el trabajo que lleva parar cada desahucio y solucionar cada caso, por lo que mostramos nuestro cariño y amor absoluto por todas las que hacen lo mismo semana tras semana.

¡El mundo o nada!

Carabanchel Popular (Asamblea Relámpago Contra el Desahucio de Fernando)

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